viernes, 11 de septiembre de 2015

Introducción al Estadio del Espejo, su relación con el Fort- Da
De Freud a Lacan.

Presentado en el Congreso de Marienbad en 1936 y 13 años después lo presenta en el congreso de Zúrich, forman parte de la contribución de Lacan a la Psiquiatría, en 1953 funda su enseñanza en lo que se denomino el discurso de Roma con los tres registros:  Lo imaginario, Lo simbólico y Lo real.
El niño hasta los 6 meses de edad carece de coordinación motriz, ese carácter prematuro es natural, se encuentra inacabado biológicamente, lo que se denomina prematuracion biologica, lo que no ocurre con su sistema visual y con su sensorio en general, que está relativamente avanzado en madurez, pudiéndose reconocer en el espejo antes de haber alcanzado el control de sus movimientos corporales.
El estadio del espejo revela un dinamismo libidinal, el niño inviste su propia imagen, y se aliena a ella, en otras palabras, lo que ve de la imagen de sí mismo supera su coordinación motriz y a su cuerpo fragmentado.
Lacan distingue el conocimiento con su carácter imaginario, (en el orden de lo imaginario se trata del deseo de reconocimiento del otro semejante) del saber que tendría un carácter simbólico. (En el orden simbólico se trata del reconocimiento del deseo) (Gran Otro). Tanto el conocimiento, como su correlato, el desconocimiento, hacen parte del autoconocimiento propio del registro imaginario.
Es por la vía del reconocimiento de su propia imagen reflejada en el espejo que el sujeto llega al conocimiento de sí mismo, constituyendo su «yo», el cual, en última instancia, es un tipo ilusorio de autoconocimiento. Es éste conocimiento imaginario de sí mismo, alienado en el reconocimiento.
La fase del espejo es un drama cuyo empuje interno va desde la insuficiencia (prematuracion biologica y su correlato animico) a la anticipación, la agresividad está ligada al concepto de narcisismo.
La constitución del yo en tanto (moi) como otro semejante. Tiene que ver con un interés lúdico, es un juego que hace el niño entre los 6 meses y los 18 meses juega con su imagen que le viene del otro, cómo la posición del otro regula el espejo, es la función materna en tanto otro la que constituye el proceso formativo. Es una experiencia a partir de la cual el niño/a realiza la conquista de la imagen de su propio cuerpo. La identificación primordial del niño con esta imagen va a promover la estructuración del yo (je) simbólico, mientras que el yo (moi) imaginario se refiere a sí mismo.
El yo (moi)  imaginario es donde prevalece la imitación el otro semejante, la “a” autre minúscula en Francés, mientras que el yo (Je) se relaciona con la posibilidad de simbolizarse. El niño se sabe a sí mismo a partir de un determinado momento del desarrollo del yo. La “A” Autre mayúscula en Francés.
Se podrían observar tres fases del Estadio:
1)
Interés lumínico, mímica iluminante, la mímica tiene que ve con la imitación, característica esencial de lo Imaginario.
2)
Se produce un jubiloso ajetreo, que lo conduce a la captación de la imagen distintos movimientos y diferentes posiciones corporales el cuerpo hacia delante. Erguirse en tanto niño falo de la madre.
Desde lo biológico no puede lograrlo porque hay insuficiencia, lo logra desde la anticipación que es ortopédica. Retomare.
3)
Suspende el movimiento postura más o menos inclinada, es el momento de mayor captación imaginaria “el és esa imagen” un efecto de clic de la imagen captación “Aha Erlebnis”, que vale como interjección,  algo así como “caer en la cuenta”, se relaciona esencialmente con el advenimiento al lenguaje articulado con el Fort Da Freudiano.
En este caso el significante Fort representa a un sujeto para otro significante Da, que lo lanza a la cadena, a partir de ahí el sujeto es: en tanto sujeto del discurso.
El estadio del espejo es por un lado un fenómeno libidinal, y por el otro es un proceso de identificaciones. Formador de la constitución del yo pensada como proceso, en tanto que Freud ya situaba que: “no hay una unidad comparable al yo apenas se nace”, se forma el yo como proceso libidinal y de Identificaciones se remarca el carácter Imaginario del yo. El yo es un desorden de identificaciones que el yo desconoce, para entender este texto hay que tener presente como introduce Freud el narcisismo cuya libido yoica va del yo a los objetos, ese dinamismo es la reversibilidad libidinal que existe entre el yo y el objeto.
La serie autoerotismo, Narcisismo, elección de objeto, da cuenta del desarrollo del sujeto teniendo en cuenta que el objeto es siempre la representación del mismo.

 “nos formamos así la imagen de una originaria investidura libidinal del yo, cedida después a los objetos; empero considerada en su fondo ella persiste“
                                                                                                       S. Freud T. XIV pág. 73

En esta serie Freud ubica el narcisismo primario la que no se cede de la libido yoica,  no es observable y el narcisismo secundario que se ubica en ese dinamismo o reversibilidad libidinal. Investir y desinvestir los objetos. Que es un observable clínico, un ejemplo de ello es el estado de enamoramiento, y también el lugar análogo de fascinación que ocupan las masas respecto del líder.
Cuando hay detenimiento en esa reversibilidad hay patología un ejemplo de ello serian las Neurosis Narcisistas, fobias etc.

Para poder entender al yo como proceso de identificaciones, por otro lado destaca el valor de la Imago que tiene que ver con una cuestión subjetiva a diferencia de la imagen que comporta lo que está del lado del objeto, para Lacan la imago comporta el valor de Ur-bild, (Imagen Primordial) y matriz simbólica que forma el borde Yoico desde donde hay formación identificatoria. Esa Ur- bild tiene un efecto informativo identificación de… y un efecto formativo identificación a…, esa imago comporta un valor libidinal, para Lacan es una matriz de carácter preexistente y formativa cuya función es ortopédica Ur-bild, el infans que proviene del latín que significa “sin palabras”, el niño antes de hablar, de saberse a si mismo haciendo algo…  de 6 a 18 meses esto va a tener que ver con la importancia de la preexistencia de lo simbólico. Léase la articulación con el Fort-da.
El yo es una construcción imaginaria pero entendiendo por ello cuando Freud habla del yo del narcisismo, lo que se privilegia es la función fascinante de la imago del cuerpo allí adviene un yo donde no lo hay. Ahí es donde el niño es pura insuficiencia, adviene un yo por que la Imago como dijimos tiene función ortopédica. Del lado de la insuficiencia ubicamos la prematuracion biológica, la incoordinación motriz y el cuerpo fragmentado, y del lado de la anticipación ubicamos esa unidad que le viene de la imagen como totalidad exterior, gestalt totalizante, ley de buena forma y pregnancia de la imagen y la forma ortopédica de esa totalidad. Existe una alienación imaginaria cuyo estatuto es una armadura asumida de una identificación enajenante.
La libido ofrece la eficacia de la imagen del yo en tanto objeto libidinal de ahí parten los pseudópodos (ver Pág. 73) que invisten a los objetos y por otro lado el proceso de identificaciones o gestalt primordial ubicada en el campo del otro, que forma la matriz simbólica tronco de identificaciones sucesivas…el yo en tanto suma de disfraces es puro desconocimiento.
El concepto de identificación está en toda la obra, tanto de Freud como de Lacan pero nunca explicitado, pero sabemos que la constitución del sujeto por un lado, como la constitución del objeto por otro, depende de las identificaciones.   
Cuando el sujeto adviene al campo del otro, al mundo simbólico, el organismo como  conjunto de órganos queda afectado por el significante.
El significante preexiste al sujeto.
El cuerpo incluye al organismo y a su vez lo excluye, a partir de la mortificación significante pasa a ser un organismo subvertido, atravesado por las marcas que el lenguaje deja en cada percepción. Somos y tenemos un cuerpo.

El cuerpo asume también tres dimensiones:

Imaginario:
Surge de la identificación con la imagen que la mirada del otro le devuelve unidad totalizante del cuerpo.

Simbólico:
Mortificación del cuerpo, atravesado por el lenguaje parcializado en zonas erógenas, cuerpo libidinizado y deseante, y su relación al deseo del otro.

Real:
Organismo, pura vida biológica, lo que se pierde por el advenimiento a lo simbólico, al campo del otro, es esa pura carne insignificantizable, cuerpo imposible y cuerpo de goce.
El cuerpo en tanto superficie de inscripciones y marcas.

La Imago  comporta para Lacan una matriz de carácter preexistente y formativa cuya función es ortopédica dado que “no todo” es especularizable aquello que no se refleja es del orden de lo real.
Por un lado Insuficiencia: cachorro humano. Cría humana.
Por otro Anticipación: del otro lado del espejo se le precipita un yo con las dos acepciones un precipitado a la manera de cómo se lo entiende en la química, anticipación, ahí donde el niño es pura insuficiencia ahí adviene el yo por la función ortopédica de la imago.
El yo es puro desconocimiento, el yo es otro.
Quien soy yo, no soy yo para decirlo.
Otro me dice como soy yo de acuerdo a como me desea (Deseo del Otro), lo que queda como algo que acecha es la fragmentación del yo.
Lo real no es la realidad, es aquello que vuelve siempre al mismo lugar, en otras palabras parafraseando a Freud es ese “Eterno retorno de lo igual” Súper-yo, pulsión de muerte, repetición y masoquismo.
A lo real no le falta nada.
No es casualidad que Freud introduzca el juego infantil en el Más allá del principio del placer,
dado que este texto inicia el camino de las últimas conceptualizaciones Freudianas, en su relato, en tanto agudo observador, describe lo que observa:
A su nieto de 18 meses jugando.
Menciona en dicho texto entre otras cosas “el gran logro cultural” que daría cuenta del advenimiento del niño al universo simbólico, es decir el lenguaje. Que lo preexiste.
Podríamos afirmar que no importa tanto lo que Freud ve,  sino lo que está queriendo transmitir, se sabe que a través del juego el niño experimenta placer, en ese sentido podemos afirmar que juego y placer se incluyen, sucesivas veces los niños le piden a sus padres repetir el juego que le dispensa mucho placer, pero lo que hay que marcar en este texto es que el juego y el placer se excluyen en el sentido de que el niño repite más veces aquello que le provoca displacer, (el Fort) intento fallido de ligar psíquicamente esos volúmenes hipertróficos de energía, que en este caso sería lo que “posibilita” la partida de la madre. Una renuncia pulsional que exige ser tramitada.
Es un intento de tramitar esa partida en tanto pérdida, pero no solo es esa pérdida, la de la partida de la madre, sino también la pérdida de su mero organismo, una pura biología sin muerte. Como dije, el advenimiento al lenguaje subvierte al organismo y lo mortifica.
Él mismo es el objeto, en este caso es el carretel una parte importante de sí mismo, en el juego hace que se va y exclama una interjección “Fort”, que significa “Lejos” “fuera” “se fue”, y cuando recoge con el piolín del carretel que tira dentro de la cuna exclama un “Da” que significa “ahí” “acá esta”, aparece y desaparece, que es la característica esencial del lenguaje “hacer presente lo ausente”.
Una cosa es el niño que juega y otra el sujeto que se constituye.
Otra perspectiva importante es el hecho de que aquí el juego y el placer se excluyen.
Y por ultimo Freud afirma que la valoración afectiva no es lo relevante dentro de la escena, lo que da por resultado el gran logro cultural.  Por tanto hay un antes y un después del fonema Fort, el niño ya no es mas lo que era. Un pasaje de lo imaginario a lo simbólico.
Es un empezar a saberse jugando, consumación del lenguaje que lo consagra a la vida en tanto parlante ser, y lo profana en tanto que queda inaugurado el deseo, cae la necesidad pura.



Bibliografía
J. Lacan: “El estadio del espejo” Escritos I Siglo XXI Editores.
S. Freud: “Introducción al Narcisismo”  Tomo XIV Amorrortu Editores.
S. Freud: “Mas allá del principio del placer” Tomo XVIII Amorrortu Editores.