Los que fracasan al triunfar
Los sueños de angustia
(presentado en el IX congreso de estudiantes de psicología, Universidad de La Habana)
Prof. Eduardo Méndez
El éxito, el fracaso, esos dos impostores…
J. L. Borges
Introducción:
Este trabajo se centra en la problemática de los que
fracasan al triunfar y de la problemática de la angustia que está en su causa. El
titulo de la investigación es: “El lugar
del cuerpo, la palabra y la sexualidad en sujeto que presentan desordenes cardiovasculares
(DCV), específicamente infartos” (IAM), que anticipa una praxis y una concepción de sujeto. Partimos de un
sujeto que no es el sujeto de la medicina, es posible decir que lo excede, un
sujeto dividido que es gobernado por otra instancia, que oprime a su yo, que
maneja su conducta, su voluntad, un sujeto que tiene angustia, que tiene
necesidad de ser escuchado; pero que no consulta, es probable que estos sujetos
no sepan cómo se manifiesta, que se siente en el cuerpo, cuando esa angustia irrumpe y no da tiempo, es decir
sorprende al sujeto.
Por un lado, la angustia frente a la esencia de la
instancia moral (Súper yo). Detrás de
todo episodio que “agujeree”, que lastime el cuerpo está presente la angustia.
Los poderes del destino, las contingencias de la vida. Cuanto más profunda es
la marca más grita el cuerpo. Por otro lado, la angustia en la función onírica,
el trabajo del sueño. El
deseo y su lugar en la trama anímica. Todos soñamos, a pesar que muchos sujetos no recuerden sus sueños.
Problema:
He tomado para dar cuenta de lo mencionado, con el
propósito de elaborar algún esclarecimiento, echar luz diría, para responder
estos interrogantes el testimonio de algunos pacientes que padecieron Infarto
Agudo de Miocardio (IAM) con los cuales se llevó a cabo en el marco de la investigación,
una entrevista semidirigida que explora lo anímico, lo psíquico, lo que
está más allá del organismo, a partir de determinadas variables en relación a
la hipótesis de trabajo. Trescientas entrevistas son el referente empírico de
dicha exposición. La hipótesis, o mejor dicho el supuesto, es por qué algunos
pacientes que tienen dos o más factores de riesgo según el saber Médico no
hacen infarto.
Estas variables son, entre otras, la vida onírica, las pérdidas,
el lugar del cuerpo, si alguna vez
hicieron algún tipo de terapia
Psicológica, Psicoanalítica, o de otro tipo, “es decir, si fueron derivados por el médico en
los casos que hubo consulta, a realizar tratamiento Psicológico”, las problemáticas del “amor” en general,
relaciones de pareja, fraternales, con todos sus avatares, como también el
grado de implicancia narcisistica (Narcisismo)
en relación con el cuerpo. La problemática de la angustia y los síntomas específicos que tengan alguna relación con la afección.
A tal efecto, en principio citaré algunos párrafos de
dichas entrevistas, con el fin de articularlos con las conclusiones de la
investigación en un primer avance.
Estos párrafos tienen relación con la Angustia, las pérdidas (duelos), el cuerpo, y a posteriori citaré algunos párrafos acerca de los sueños de estos pacientes cuyos
relatos son testimonio de sueños de
angustia, trataré de esclarecer brevemente la diferencia esencial entre un
sueño cuya función está más cerca de la realización del deseo y los sueños que
interrumpen el dormir; que serían los sueños de angustia.
El abordaje y el marco teórico es Psicoanalítico, con
aportes de la medicina en general y específicamente la cardiología. A
continuación se presentaran párrafos de las entrevistas llevadas a cabo con los
sujetos que padecieron infarto, con el fin de analizar los fragmentos del
discurso que permiten construir reflexiones e hipótesis de trabajo y abordaje.
Párrafos entrevistas: 4 (Casos)
Ante la pregunta:
¿Podría describir alguna circunstancia en relación con su
afección?
Masculino
70 años. Responde:
A mí nunca jamás me había
pasado nada, casi ni tuve gripe, pero ese día yo había tenido una gran alegría
y como me imagino me exploto, yo hace mucho tiempo que alquilaba, y mi único
sueño que me quedaba en vida era dejarle una casa propia a mis hijos, y nietos,
ese día volvía de pagar mi última cuota. No sabes lo que se siente después de
tanto tiempo tener una casa propia…
Masculino 65 años:
Responde:
Me agarro un dolor en el
pecho….justo el día que a la mañana había comprado pasajes para visitar a mis
nietos e hijo en Paris algo que deseaba tremendamente… y programaba pasar unos
días con una mujer que me encantaba…. Tiene que ver con mi vida escupir para el
techo.
Masculino
57 años. Responde:
(Hizo
silencio y pensó unos segundos)
La verdad no. Cuando me
descompuse estaba esperando que me vengan a buscar porque me iba a cazar a
Entre Ríos con unos amigos y los estaba esperando.
(Hizo una pausa) Lo único que
se me ocurre es que el día anterior le había terminado de pagar a un antiguo
empleado que me había hecho un juicio y esa mañana estaba muy aliviado de haber
terminado con ese problema, pero no se si esto tiene algo que ver porque antes
muchas veces había sentido grandes alivios y nunca había pasado nada…
¿Podría describir alguna circunstancia o suceso en relación
a su afección? malas noticias, situaciones imprevistas, perdidas, duelos, etc.
Masculino
59 años Responde:
Si en esos había tenido malas
noticias. Respecto al casamiento de mi hija, su novio la había dejado y eso me
provoco una gran depresión porque faltaban pocos días para el casamiento.
Estos son cuatro testimonios de pacientes que relatan el
episodio Cardiovascular (IAM) a posteriori de una vivencia de plenitud, de
alivio profundo, de sensación de pérdida y/o felicidad. Que nos conduce a la
reflexión a aquellos profesionales de la salud que estamos interrogados por la
clínica actual, sus encrucijadas, que portan los signos de una época signada por la angustia, las perdidas, y factores que se relacionan con dicha época que confluyen y
conforman lo específico del síntoma actual. Estadísticas alarmantes indican que
los sujetos que presentan infartos aumentan, no solo en cantidad, sino que
además es una de las principales causa de muerte en nuestro país. A su vez la
edad de los enfermos es cada vez menor tanto en mujeres como en hombres.
Surgen
como interrogantes, cuál o cuáles pueden ser las causas, la naturaleza, el
origen de dicha problemática, indudablemente son múltiples, tantas como la
singularidad de cada sujeto. Por ejemplo:
La medicina sostiene y con razón, que aquellos sujetos que
presentan determinados factores de riesgo están más propensos a sufrir un
ataque cardiaco.
En
tanto esto nos preguntamos:
¿Por
el lugar del cuerpo?
¿Cómo
entiende el cuerpo por un lado la medicina, específicamente la Cardiología y
como lo entendemos nosotros los Psicoanalistas?
Otro
interrogante del que parto, es qué pasa con aquellos sujetos que no presentan
esos factores de riesgo o alguno de ellos y no hacen o hicieron infarto o
episodios cardiovasculares de otra naturaleza; dicho de otra manera, sujetos
que fuman, que son hipertensos, obesos, que tienen síntomas específicos de
Stress etc. que no hacen infarto. Hay que mencionar que hay factores de riesgo
que son modificables, como estos que acabo de mencionar y hay factores de
riesgo que no son modificables,
Los no modificables son:
- La edad.
- El sexo ej. Ser mujer mayor de 55 años. Ser hombre mayor de 45
años.
- El factor hereditario.
Los factores de riesgo
modificables son:
Diabetes, Hipertensión, Obesidad, Sedentarismo, Tabaquismo,
Colesterol, Stress, es decir, la suma de ambos diez en total que a su vez se
subdividen en múltiples patologías y conductas mórbidas. Tanto el médico
cardiólogo, como el psicólogo y el psicoanalista se topan en la clínica con los
efectos, las consecuencias, el aspecto fenomenológico de estos factores de
riesgo, es el caso de la hipertensión por ej. Valores que indican alteración
episódica o permanente en la presión arterial 150/100, en el caso del stress, o
la obesidad, conductas compulsivas de distinto orden. Que en cada caso exigen
la atención urgente y con riesgo de vida. Cada uno de estos factores tiene su
causa en lo anímico (angustia). No
obstante, ese factor hereditario que no es solamente biológico, es de suma
importancia para nuestra visión de la problemática, y nuestra concepción de
sujeto, tanto desde el punto de vista epistemológico como científico.
¿Qué
quiere decir esto? En el caso del factor hereditario biológico la información
se vectoriza a través de la disposición genética. Pero por otro lado hay un
factor aun más determinante que es también un factor hereditario pero no
biológico, es posible afirmar que: ese otro factor hereditario es psíquico y/o
anímico que incluye a esas variables que hacen a la hipótesis de esta
investigación. Donde su vector es como se inscribe en lo psíquico, en lo
anímico el antecedente cardiovascular de una o dos generaciones que preceden al
enfermo en cuestión: padres, abuelos. “O
aun cuando no haya antecedentes de episodios cardiacos.”
A
modo de síntesis: “La enfermedad medica se vectoriza a partir del o los datos
genéticos (ADN) en tanto la enfermedad mental, psíquica y/o anímica se
vectoriza tanto en el (ADN) como en el lenguaje”.
A
medida que se va desarrollando lo anímico, por así decir, el sujeto está
expuesto a factores traumáticos, que son escenas y vivencias que hacen a la
estructura Psíquica. No podemos pensar lo Psíquico-Anímico hereditario sin
mencionar el factor traumático, el lugar de las escenas traumáticas, esas
marcas que son el resultado de escenas del pasado casi siempre olvidado “Los
recuerdos son casi siempre encubridores” que no
han podido ser tramitadas por el sistema Percepción-Conciencia (el yo) con su
respectiva fisiología, es decir por el sujeto, es en este aspecto, que eso
anímico deviene y va a ser la base que estructura todo lo demás, el sujeto es
un sujeto por venir. Donde ese pasado olvidado es fundante y determinante. Está
instalado en el aquí y ahora. Es la infancia que no ha podido hacer “nada” con
esas marcas. En ese momento no había Psiquismo, o por lo memos estaba en
desarrollo. “Un punto a tener en cuenta es que en la vida adulta, el psiquismo ya plenamente
conformado sostiene Sigmund Freud (1926) no nos protege del retorno, o mejor
dicho de la irrupción de angustia”.
No es esta la única manera en
que puede exteriorizarse el estado de angustia, que se mantiene la más de las
veces latente para la conciencia, pero en continuo acecho. También puede
irrumpir de pronto en la conciencia, sin ser evocado por el decurso de las representaciones, provocando
un ataque de angustia. (…) de esta combinación, el paciente destaca ora un
factor, ora el otro, se queja de” espasmos en el corazón”, “falta de aire”,
“oleadas de sudor”, “hambre insaciable” etc., y en su exposición es frecuente
que el sentimiento de angustia quede completamente relegado o se vuelva apenas
reconocible como un “sentirse mal” o “un
mal-estar”. (…) Solo consigno aquí la
lista que yo conozco del ataque de angustia.
A) Ataque de angustia acompañado
por perturbaciones de la actividad cardiaca, palpitaciones, arritmia breve,
taquicardia persistente, hasta llegar a estados graves de debilidad del corazón
que no siempre es fácil distinguir de una afección cardiaca orgánica;
pseudoangina pectoris, de un espinoso diagnostico.
(…) por
ej. A un hombre le da un ataque cardiaco cuando recibe la noticia de la muerte
de su padre [perdida],
y desde entonces lo aqueja la neurosis de angustia (…). (Freud. S.
1894-1895: 95)
Mencione el punto (a) solamente que indica Freud en la
lista de 9 puntos Donde cita a los síntomas que acompañan o son el subrogado
del ataque de angustia. Dentro del cuadro de las neurosis de angustia, que son
los que hoy en la actualidad prevalecen en la clínica y cuyo síntoma principal
es la angustia en derredor de la cual se ubican los distintos síntomas. Lo que
destaco como sumamente importante es que para el sujeto (su yo) se tornen “reconocibles”
estas manifestaciones en el cuerpo del estado sentido de angustia, para
poder hacer algo con ese mal-estar, o con ese sentirse mal, que Freud menciona,
es decir, lo esperable es que pueda poner en palabras eso que lo excede. Esta
angustia esta entonces desviada de lo Psíquico. Por eso invade al cuerpo.
De lo anterior se deprende que hay que dirigir la mirada a
las causas que en cada caso responde a una singularidad, a una historia que es
la de cada individuo que está hecha de esas marcas, y de lo que el sujeto
hablante ha hecho con ellas. La prehistoria de cada sujeto. Cada sujeto porta
esa infancia, que obviamente ya paso, pero que determina.
Las personas están atravesadas en la vida diaria por los
avatares de la modernidad, con todo lo que ello implica. Nadie está por fuera
de esa realidad. “Situaciones, e innumerables circunstancias, tantas como
sujetos existen, de Stress, de angustia, de incertidumbre, de inestabilidad, de
inseguridad, de frustraciones y ausencia de reconocimiento etc.”
Sujetos que responden a una época signada por un cuerpo
maquinizado, en situación extrema, un cuerpo ausente en tanto sede de
sensaciones, emociones etc. No hay lugar para las percepciones del propio
cuerpo, el cuerpo no para, no hay registro del cuerpo. ¿Qué hace la Conciencia
en tanto sede de percepciones con eso? Nada, todo “pasa” rápidamente no hay
lugar para el detenimiento. ¿Si no hay registro del cuerpo como se pueden
prevenir episodios de este tipo? Son episodios del orden de la irrupción en un
cuerpo que no está registrado por el sujeto, el cuerpo asume otro estatuto. No
se puede hablar del cuerpo, porque tiene un estatuto de extrañeza, de rareza.
Es un resto, es esa parte de una parcialidad que escapa a la palabra. “Hábleme
de su cuerpo” no hay palabra para este disparador, el cuerpo no interroga al
sujeto, solamente lo porta. ¿Somos un cuerpo, o tenemos un cuerpo?
Si nos posicionamos desde el saber de la medicina podríamos
decir que somos un cuerpo, es el mismo cuerpo con el que nos topamos en la
clínica, pero hay algo otro que está de antes, es lógicamente anterior que hace
de ese cuerpo otro estatuto, tenemos un cuerpo, el sujeto no es solo lo que el
mismo dice de él es también un cuerpo representado.
Personas
que no pueden disfrutar gozar de los logros que obtienen, cuando consiguen una meta propuesta, algo deseado
muy profundamente inexplicablemente aparece algo del orden de la sorpresa,
trágica diría, algo del orden del síntoma que no retorna, que no permite
equilibrio alguno que sobrepasa al sujeto y que por tanto lo abole. Eso
traumático (escenas-marcas) que nos constituye, no retorna, no deviene de lo
reprimido. Es la angustia que conlleva un resto somático que no puede ser
articulado por lo Inconsciente. Es posible plantearse los siguientes
interrogantes: ¿Una falla en el narcisismo? La autoestima ¿Tal vez? O, dicho de
otra manera… ¿Qué pasa con el narcisismo de estos sujetos que no indican ningún
factor de riesgo considerable, pero no obstante transitan el episodio cardiaco?
(IAM).
Indudablemente hay cierta rigidez en el narcisismo que se
conecta a su vez con el cuerpo, que hace de este otro lugar. Un cuerpo
enigmático, un cuerpo en exceso. El estatuto Imaginario y Real del cuerpo
atravesado por el lenguaje. El cuerpo es un Real.
Es explicable que un sujeto enferme a partir de una
frustración, una denegación de algo muy profundamente anhelado, enfermedad que
es producto de un conflicto entre las exigencias pulsionales y el yo. Es
esperable que aquel sujeto que no se cuida (en términos de lo que se prescribe
como tratamiento médico, dietas, caminatas, esparcimiento, etc.) estando
presentes los factores de riesgo transiten el episodio cardíaco, pero se tornan inexplicables, como
decía, cuando como psicólogos psicoanalistas tenemos la experiencia de que hay
sujetos que enferman precisamente cuando se les cumple un deseo hondamente
arraigado y profundamente perseguido.
El trabajo analítico nos muestra fácilmente
que son poderes de la conciencia moral primero,
luego el sentimiento inconsciente de culpa, por último el Súper yo, los que prohíben a la persona extraer de ese feliz
cambio objetivo (dato empírico de la realidad) el provecho largamente esperado. (Freud S. 1916: 325)
El
sentimiento Inconsciente de culpa y necesidad de castigo se conjugan con la
imposición de un superyó hipersevero que aniquila el deseo y arrastra a la
desdicha y el padecimiento moral por ejemplo pagar la última cuota de la casa.
Por tanto el trabajo Psicoanalítico
enseña que las fuerzas de la conciencia moral que llevan a contraer la
enfermedad por el triunfo, y no, como es lo corriente, como la frustración, se
entraman de manera intima con el complejo de Edipo, la relación con el padre y
con la madre, como quizás lo hace nuestra conciencia de culpa en general. (Freud, S
1914-1916: 337)
En dichos casos es innegable
la conexión necesaria y contingente a la vez, entre el hecho y el episodio
cardiaco (IAM) es insoportable el alivio, la dicha…para estos sujetos,
enfermedad y éxito no pueden ponerse en duda.
(Freud S. 1916: 323)
En estos casos coinciden en que la contracción de
enfermedad subsigue al cumplimiento de deseo y aniquila el goce de éste. La
confrontación con el deseo implica ser soporte de la falta, el exceso –de
felicidad- “no hay nada más insoportable que una semana de dicha plena” como
exceso energético vale como perturbación económica desorganiza y divide en
demasía y el yo no puede funcionar como pantalla protectora, fracasa como
pantalla reguladora y hace explosión en un órgano corporal. La marca hace que
el cuerpo grite. El factor económico alude a cantidades, montos de energía
psíquica, que el aparato debe tramitar.
Como decíamos cuanto más muda fue la marca, más grita el
cuerpo:
La contradicción entre esas
experiencias y la tesis según la cual el hombre enferma por frustración no es insoluble.
El distingo entre una frustración exterior y una interior la cancela. Cuando es
removido en la realidad el objeto en que la libido (Energía Psíquica) puede
hallar su satisfacción, estamos ante una frustración exterior. En si, es
inoperante; no es todavía patógena mientras no se le asocie una frustración interior. Esa frustración
interior se anuda con el pasado olvidado casi siempre encubierto, las escenas
infantiles. En el sujeto hay algo del orden del goce que hace que no haya una
nítida línea entre lo interior y lo exterior, esos espacios se confunden. La
frustración tiene que partir del yo y disputarle a la libido a otros objetos de
los que ella ahora quiere apoderarse. Solo entonces se engendra un conflicto y
la posibilidad de contracción de una neurosis, es decir, la posibilidad de una
satisfacción sustitutiva por el desvió a través de lo inconsciente reprimido. Por
consiguiente la frustración interior entra en cuenta en todos los casos, solo
que no produce efectos hasta que la frustración exterior real no le haya
preparado el terreno. (Freud S.1916: 324)
En
esos casos excepcionales en que los hombres enferman con el triunfo, la
frustración interior ha producido efectos por sí sola y aun ha surgido
únicamente después que la frustración exterior cedió lugar al cumplimiento de
deseo. Aquí resta algo sorprendente a primera vista pero, ante una
consideración mas detenida, advertimos que en modo alguno es inhabitual que el
yo tolere un deseo por inofensivo que sea mientras éste arrastra su existencia
como fantasía y parece alejado del cumplimiento en tanto que se defiende con
fuerza contra él tan pronto como se acerca el cumplimiento y amenaza hacerse
realidad.
La diferencia respecto de las situaciones bien conocidas de
la formación de neurosis reside solo en que, en los otros casos, unos
incrementos interiores de la investidura libidinal hacen de la fantasía hasta
entonces despreciada y tolerada un término oponente, mientras que en nuestros
casos para el estallido del conflicto es dada por un cambio exterior real. “Lo
traumático es aquello que se suscita en el afuera que no está discernido dentro”.
Lo interior, excluido, lo ex-timo al decir de J. Lacan. Es un punto de
exterioridad no encontrado, por así decir, en lo interior, es decir, ausencia
de representaciones que den cuenta de eso que está pasando. Tramitar las
escenas, o sencillamente las cosas que nos angustian.
Quizá a partir de los párrafos citados y de los casos
mencionados podríamos establecer alguna articulación entre la angustia como causa
y el sentimiento de culpa que menciona Freud en estos sujetos, es decir, lo que
en la obra va a ser el súper yo en tanto resto y heredero del complejo de
Edipo.
Existe toda una serie de
traumas donde el factor decisivo para el desenlace quizá sea la diferencia
entre los sistemas no preparados y los
preparados por sobreinvestidura, ya voy aclarar que significa esto,
claro que a partir de cierta intensidad del trauma, esa diferencia dejar de
pesar. (Freud
S. 1920: 31)
Que
valga como aclaración lo siguiente:
Los
procesos secundarios, léase Consciente y Preconsciente son los sistemas
preparados por sobreinvestidura, es la representación palabra, es decir, cuando
el sujeto encuentra palabras para proferir su mal-estar, para poner en palabras
algo del orden de la angustia del dolor, del padecimiento, los sistemas no
preparados remiten a los procesos primarios léase lo Inconsciente.
Esa energía es la que el aparato intenta ligar de continuo
cuando lo traumático adquiere cierta intensidad, en otro términos cantidades
hiperpotentes, (Angustia), volúmenes hipertróficos de energía, esos sistemas
quedan abolidos no hay posibilidad de contrainvestidura, de ligar las
cantidades de energía y por ende exceso
de goce anómalo que habla en el cuerpo y lo perfora.
Entre las condiciones de angustia, hay otras que en modo
alguno están destinadas a ser sepultadas, sino que acompañan a los seres
humanos durante toda su vida por ejemplo la angustia frente al superyó. Con la
segunda tópica el súper-yo tiene la función de la conciencia moral y se
reconoce en el sentimiento de culpa la expresión de una tensión entre el yo y
el súper-yo. Pensado en términos causales lo siguiente:
Sentimiento
inconsciente de culpa necesidad de castigo son pacientes que muestran un
comportamiento extraño. En ellos prevalece la necesidad de estar enfermos, no
quieren resignar la condición de tales y “el
padecer que la neurosis conlleva es lo que la vuelve valiosa para la tendencia
masoquista”. Dicho sentimiento
inconsciente de culpa es mudo, “no se siente culpables”, sino enfermos. La
necesidad de castigo es su exteriorización y esa necesidad se satisface
mediante castigo y padecimiento. El padecimiento moral se sostiene en un factor
hipermoral, del cual no sé es consciente.
Una
cosa es pensar la angustia como afecto y otra muy distinta es pensarla como
traumática, esta ultima desestructura al sujeto, al yo, lo abole. Esa angustia
primordial está en el inicio de la constitución del sujeto que es testigo de
esa historia primordial de cada sujeto, donde se juega el deseo de los padres,
en tanto función lógica. Esta función alude a una posición subjetiva, dicho de
otra manera, qué lugar ocupa el hijo en el deseo de esos padres. Escenas
primordiales que hacen al fantasma que enmarca el deseo de cada sujeto.
Escena
de seducción: ¿Qué fui para el otro?
Escena
de castración: ¿Cómo deje de serlo?
Y
por último, ¿de qué pacto amoroso vengo?, ¿de qué Real vengo? Estas escenas
tienen una clara y determinante relación con el lenguaje, en tanto, vector,
como ya mencione.
La
realidad psíquica pasa a ser la decisiva en detrimento de la facticidad de los
sucesos. La realidad material de las escenas no es más que realidad Psíquica el
pasaje del trauma a la fantasía no implica el abandono de lo traumático. El
trauma va a quedar del lado de la estructura. El valor de verdad que le otorga
a la fantasía sustituye a la realidad objetiva. Entonces qué papel va a tener
el Inconsciente. Hay que dejar de concebirlo como el simple reservorio de sucesos
traumáticos localizables en la biografía del sujeto.
“En inhibición
síntoma y angustia” (1926)
Freud nos dice, o parece decirnos, que la angustia
es la reacción-señal ante la pérdida de un objeto. Y enumera- perdida del medio
uterino que se produce en bloque con el nacimiento-pérdida posible de la madre considerada
como objeto-perdida del pene-perdida del amor del objeto-perdida del amor del súper-yo. Ahora bien ¿Qué les dije la ultima vez para
introducirlos en una cierta vía que es esencial captar? Que la angustia no es
la señal de una falta, sino de algo que es preciso concebir (…) ¿no saben
ustedes que no es la nostalgia del seno materno lo que engendra la angustia,
sino su inminencia? Lo que provoca la angustia es lo que nos anuncia, nos
permite entrever, que volvemos al regazo. No es la presencia ausencia de la
madre, su alternancia… Lo más
angustiante que hay para el niño se produce precisamente, cuando la relación
sobre la cual él se instituye, la de la
falta que produce deseo, es perturbada, y esta es perturbada al máximo cuando
no hay posibilidad de falta, (…) pero ¿qué nos enseña aquí la experiencia
sobre la angustia en su relación con el objeto del deseo, sino que la
interdicción es tentación? No se trata de pérdida del objeto, sino de la
presencia de lo siguiente – los objetos, eso es algo que no falta. La del amor del súper-yo, con todo lo que se
supone que comporta en la vía llamada del fracaso. ¿Qué significa esto sino que
lo temido es el éxito? Siempre se trata del eso no falta. (Lacan J. 1962-1963: 11)
Se trata de que lo insoportable sea la presencia del
objeto, por eso la angustia nos es sin objeto. La angustia es un anterior
lógico que nos constituye, la estructura de la angustia está en la causa. El
súper yo porta el germen de la autoridad (la ley, su interdicción), es la
introyeccion de un padre que deviene apersonal que es portador de la norma, por
así decir, lo que está bien, lo que está mal, eso que nos coloca en sociedad,
pero hay una cara del súper yo que es hipersevera y cruel, que somete al
sujeto. Es la cara de goce que excede cualquier explicación racional, cosas que
se repiten en la vida, que sorprenden. Y
que colocan al sujeto ante eso que le pasa en posición pasiva (masoquismo).
En el texto el problema
económico del masoquismo Freud distingue tres tipos de Masoquismo. Erógeno, Femenino y el Moral.
Especialmente el masoquismo
moral en el cual el sujeto, debido a un sentimiento de culpabilidad Inconsciente busca la posición
de víctima. (Freud S. 1924: 141)
A continuación citaré párrafos testigo de la vida onírica, de
estos pacientes.
Ante
la pregunta:
¿En
general desde su infancia que podría contar sobre sus sueños?
Masculino
55 años Responde:
No recuerdo como eran mis
sueños. Solo recuerdo uno que lo soñaba frecuentemente debería tener 5 años y
lo habré soñado más de 4 veces siempre igual. Soñaba que yo entraba al placar y
detrás de este, atravesando la pared había otro mundo, un mundo de fantasías,
creo que era como de dibujos animados, pero cuando me despertaba lo hacia un
poco angustiado y me preguntaba ¿Por qué soñaba siempre eso?
Ante
la pregunta:
Femenino
36 años Responde:
¿Tuviste
algún sueño recurrente feo de pesadillas, levantarte angustiada?
Si y es uno recurrente en
ciertos momentos de mi vida es otro de los que recuerdo de chica y que apareció
de nuevo antes del infarto y es como un espíritu al que no veo pero sé que está
ahí y que se me viene encima y no tengo forma de escapar me despierto muy
angustiada y te lo cuento y mira mi piel, realmente me pone mal.
Ante
la pregunta Responde:
¿La
regularidad del sueño ha sido la que me dijiste?
Si
en mi infancia antes del infarto varias noches seguidas.
Ante
la pregunta. Responde:
¿En particular algún sueño recurrente?
Masculino
47 años Responde
Si el que me caigo de la
escalera para atrás. En un pozo sin fondo y me
despierto. Que corría y no
avanzaba, que me tenía que agarrar del piso para avanzar y no podía.
Soñé hace poco que estaba en
un lugar solo y perdido y que no sabía para donde ir, y nadie me podía ayudar.
Ante
la pregunta:
¿Qué
podría decir usted acerca de los sueños?
Masculino
51 años (.) Responde (:)
Cuando tenía 7 u 8 años
durante un tiempo recuerdo que soñaba muy seguido que me caía al vació y en el
momento de la caída me despertaba es lo único que me acuerdo no me es posible
recordarlo mucho, incluso este que te conté lo recuerdo en general, no con
muchos detalles.
Ante
la pregunta: ¿se le ocurre algo?
No se me ocurre nada el sueño
que te conté para mi eran pesadillas, se que despertaba llorando y eran muy
recurrentes.
Ante la pregunta:
¿En
general desde su infancia que podría decir usted sobre sus sueños?
Masculino
29 años Responde:
Algunos puedo recordar si, quizás
uno en particular pero no tengo puntuales en sí, puede ser alguno…
¿Puede
describirlo?
En general en muchos sueños
siempre me muero, nunca puedo ser salvado por nadie es una circunstancia
bastante fea… Uno que recuerdo bien es justo en que iba con unos amigos en un
auto y que se venía un camión encima y nos matamos, lo peor es que yo me veo y
tranquilamente sé que estoy muerto, pero no podía remediarlo y ese es uno que
me ocurrió bastantes veces, y me levantaba
muy sobresaltado, pero ese sueño lo recuerdo bastante.
¿Desde cuándo, con
que regularidad?
Creo que…, no te podría decir
bien, pero desde muy chico, alrededor de 7; 8 años
Ante
la pregunta:
¿Ingiere
alguna medicación para conciliar el dormir nocturno?
Si en este momento estoy
tomando, con una dosis leve que me fueron sacando a medida que transcurría el
tiempo.
Ante
la pregunta:
¿En
general desde su infancia que podría contar sobre sus sueño?
Masculino
55 años Responde
Por lo general no recuerdo los
sueños. El sueño que recuerdo, porque se repitió en reiteradas oportunidades es
el de tratar de correr gritando, por algo que me daba bastante miedo, y no
poder. Ahora, porque estaba asustado no lo sé. Además ahora que pienso, cada
vez que me despertaba lo hacía bastante angustiado pero no recuerdo porque.
Ante
la pregunta:
¿En
general desde su infancia que podría contar sobre sus sueños?
Masculino
53 años Responde
De mis sueños solo recuerdo
algunos imágenes, pero nada preciso solo estar hamacándome en una plaza y de
repente encontrarme a una altura muy, muy grande y desde ahí caer y caer.
¿Le ha sido posible
recordarlos?
Si, el sueño que te mencione
antes fue muy recurrente en mi infancia, por tal razón es que lo recuerdo.
Ante
la pregunta:
¿Podría describir algún tipo particular de
sueño que haya tenido de angustia de despertar etc.?
Además del sueño de la hamaca
que fue bastante recurrente en mi infancia, luego en la adolescencia había
empezado a tener sueños en los cuales me secuestraban, otros me veían envuelto
en una guerra, cosas por el estilo que me llevaban a despertar muy angustiado y
asustado.
Ante
la pregunta:
¿Qué
podría contar sobre sus sueños?
Masculino
65 años Responde
Si mira la verdad que no me
acuerdo de nada, sabía que soñaba pero nunca me acorde de nada de lo que soñaba
¿Algo más que le
parezca relevante?
Ah sí (se incorpora) algo que
me olvide de decirte…yo, antes de que me pasara esto, no dormía nada…no…, la
verdad es que dormía muy poco 2 -o 3 horas. Dormía un rato y ahí me levantaba y
me ponía a dar vueltas por la casa arreglaba algo que tenía que arreglar, no se
cualquier cosa porque no podía dormir mas.
Ante la pregunta:
¿Toma medicación para conciliar el sueño?
No ahora estoy mejor una de
las pastillas que estoy tomando es para eso. y muy bien muy bien estoy
durmiendo unas 5 o 6 horas por día bien…
Ante
la pregunta:
¿En general desde su infancia que podría
contarme sobre sus sueños?
Masculino
63 años Responde
He soñado tantas veces…no en
realidad he soñado cosas que nunca hubiese pensado, estos días también tuve
sueños que uno ni se imagina que puede soñar pero recuerdo uno eso si, recuerdo
que me caigo de alguna altura y me despierto angustiado, yo se lo había
preguntado a un médico y me dijo que puede ser que muchas veces uno se acuesta
después de cenar y sueña y le cuesta dormir yo tuve sueños que me despertaba
llorando cuando falleció mi mama, yo tenía 17 años, quede muy mal era muy
frecuente hasta tenía miedo de soñarlo, ella tenía 43 años cuando falleció, y
yo no sabía que era la muerte.
Ante
la pregunta:
¿En
general desde la infancia que podría contar sobre sus sueños?
Femenino
53 años Responde
Hay un sueño que tengo muy
presente que es estar hamacándome en el parque pero no con placer, sino con
vértigo. Esa hamaca iba muy alta y no
paraba nunca. Otro sueño lo tuve después de terminar con una pareja: veía la
sangre de él después de haberse suicidado, el manchan de sangre me quedo muy
marcado.
¿Esta ex pareja se
suicido realmente?
No otros sueños que tuve
fueron: gatos que saltan sobre el capot de mi coche; y estar pariendo hijos sin
pareja. Estoy en la sala de partos pero sin indicios de un novio o marido ni
nada (Raquel está separada y tiene una hija adolescente)
¿Qué se le ocurre
acerca de esos sueños?
El del suicidio lo puedo
relacionar con haber terminado esa relación de una manera bastante conflictiva,
con bastantes peleas de por medio. El de los gatos lo relaciono con que les
tengo miedo como fobia.
Ante
la pregunta:
¿En
general desde la infancia que podría contar sobre sus sueños?
Femenino
56 años Responde
Si, el único sueño que
recuerdo tiene que ver con mis padres, soñaba muy seguido que ellos se
peleaban, cuando los recuerdo me emociono mucho tengo pesadillas pero no las
recuerdo si, sé que me despierto muy angustiada, no sé qué decir con exactitud
son muy frecuentes y comenzaron después del infarto, tomo medicación para
dormir.
La problemática del deseo en Freud indica cuestiones que
son de otro orden que las cuestiones del querer o de la voluntad; éstas están más
del lado del registro del Yo, se trata
de un deseo del que el sujeto nada sabe, es decir el sujeto en Freud no sabe
que sabe, el deseo Inconsciente. Cada vez que soñamos el sueño se presenta como
ajeno al yo, con una sensación de extrañeza, esas imágenes no encajan en la
síntesis Psíquica, por eso son interpretables, porque a partir de los dichos
del soñante se establece un sentido.
En lo que tiene que ver con la vida onírica de estos
sujetos presentan alteraciones que van desde lo normal hasta los sueños de
angustia, pesadillas, insomnio.
Donde es notorio el fracaso de la función onírica. La falla
en la función del sueño que aparece en estos párrafos, son testimonio de sueños
de angustia ¿Qué quiere decir que fracasa? Que el sujeto despierta, que no
puede seguir en estado de reposo, el aparato no lo puede proteger para que siga
durmiendo. ¿Proteger de qué?
De
la irrupción de angustia traumática que irrumpe en el aparato y interrumpe el
trabajo del sueño.
En una época donde la angustia es borrada del interrogante
clínico el objeto de la investigación parte y se interroga por su lugar en este
tipo de sujetos. A partir de nuestra experiencia como Psicoanalistas la
pregunta que nos convoca es la pregunta por la causa en donde la angustia es
fundamental.
Es precisamente desde los sueños donde Freud plantea la
construcción del aparato, su tarea, su funcionamiento, elabora e inaugura un
sujeto constituido desde otro lugar para la ciencia. El sujeto de deseo Inconsciente.
Digamos que el funcionamiento “normal” del aparato en
cuanto a los sueños se refiere es proteger al soñante; el sueño es el guardián
del dormir dice Freud. El sueño, su función posibilita que alguien pueda seguir
en estado de reposo sin despertar, en estos sujetos hay alteraciones que tienen
que ver con la vida onírica, que por supuesto no está desconectada de la vida
de vigilia. Estas alteraciones no se solucionan solamente con la posibilidad de
tomar una pastilla para conciliar el sueño. La pregunta Freudiana ¿Qué significa
que en el sueño el deseo se realiza?
Quiere decir que en el sueño el deseo se articula, en otras
palabras, que el deseo encuentra
representaciones en cadena asociativa, la libre asociación, significa decir que
en el sueño el Inconsciente trabaja, es el trabajo del sueño que Freud
conceptualiza y que anticipa el trabajo del Inconsciente. Decir que el deseo se
articula en el sueño, implica afirmar que el deseo se elabora, que el soñante
puede simbolizar.
Para cada proceso de excitación Inconsciente hay, pues dos
salidas. O bien queda librado a sí mismo y entonces termina irrumpiendo por
alguna parte y se procura su excitación una descarga en la motilidad, o se
somete a la influencia del preconsciente, y su excitación en vez de
descargarse, es ligada por éste. Pues bien esto segundo es lo que ocurre en el
proceso onírico.
El proceso onírico es permitido primero como cumplimiento
de un deseo del inconsciente, pero si ese “intento” de cumplimiento de deseo se
agita en el preconsciente con tanta intensidad que este ya no puede mantener su
reposo, el sueño ha roto el compromiso ha dejado de cumplir la otra parte de su
cometido. Al punto es interrumpido y sustituido por el despertar pleno.
Es el caso del sueño de angustia, este testigo en contrario a la teoría del
cumplimiento de deseo, cada vez que tropiezo con él, quiero aproximarme a la
explicación del sueño de angustia siquiera con algunas acotaciones.
Aun mediando la plena salud Psíquica, el sometimiento del Inconsciente
por el preconsciente no es total, la medida de esa sofocación indica el grado
de nuestra normalidad Psíquica la existencia de unos síntomas neuróticos nos
muestra que los dos sistemas se encuentran en conflicto reciproco, que le ponen
termino provisionalmente, es decir, el sueño aparece como una solución a ese
conflicto, cuando hay despertar no hay ni si quiera esa solución provisional.
Es instructivo por ej.: la intencionalidad de una Fobia
pongamos que un neurótico sea incapaz de marchar solo por la calle, lo que con
derecho rotularíamos de síntoma. Ahora bien, suprimamos ese síntoma obligándolo
a realizar esa acción para la cual se cree incapaz. Subseguirá entonces un
ataque de angustia.
Un cumplimiento de deseo tendría sin duda que brindar
placer, pero también cabe preguntar: ¿a quién? Desde luego a quien tiene el
deseo. Ahora bien, sabemos que el soñante mantiene con sus deseos una relación
sumamente particular. Los desestima, los censura y en suma no le gustan. Por
tanto el cumplimiento de ellos no puede brindarle placer alguno, sino lo
contrario. La experiencia nos muestra entonces que eso contrario, entra en
escena en la forma de angustia.
La angustia en los sueños,
permítaseme insistir, es un problema de angustia y no un problema del sueño (Freud
S. 1900: 573 n 5)
¿Cuál es el efecto patógeno de las escenas primarias que se
activa en el sueño de angustia?
Esa activación que se da en el sueño, de las escenas o
imágenes del pasado tienen el mismo efecto que si ella fuera una vivencia
reciente, conserva su frescura, esas escenas producen efectos con
posterioridad, como si ocurriese en dos tiempos, el actual y el del pasado
olvidado, la infancia. Un nuevo trauma y su reedición permanente.
Se le objeta a Freud que habla de sueños de
deseo, pero que existen sueños de
angustia, sueños de autocastigo. Una de las fases de su respuesta consiste en
decir que por supuesto hay sueños de angustia,
pero lo que funciona para que haya
angustia no es nada diferente de lo que provocaría angustia durante la
vigilia. A Freud no le interesa la totalidad de lo que hay en el sueño, sino
únicamente su elemento semántico, la transmisión de un sentido, una palabra
articulada, eso que
llamo pensamientos del sueño
(Gedanken) mente (…) Para él lo importante
es lo que el sueño quiere decir, lo que quiere decirle a alguien…”.(Lacan J. 1957-1958: 20)
Son citas que se relacionan con el interés de Freud por
descubrir la naturaleza del soñar; en su teoría sostenía que esa naturaleza
había que buscarla en lo Psíquico, que
el sueño tiene valor de “un mensaje” el mecanismo psíquico del sueño se entrama
con el del olvido y con los síntomas en los procesos neuróticos. Es un mensaje
para alguien, tiene un sentido.
La angustia de la vigilia se continúa en el sueño, (RD)
se podría decir que es la misma, con la diferencia esencial de que en la
vigilia hay conciencia, y en el sueño está o no está o asume otro estatuto, la angustia neurótica proviene de fuentes
sexuales. La sexualidad que inaugura Freud, abordada y conceptualizada como
diferente de la genitalidad, una sexualidad que es traumática, que excede lo
genital, pero que incluye todos sus avatares.
Tenemos pues algunas aproximaciones un tanto esclarecedoras
acerca de que aspectos hay que considerar para optimizar la prevención y el
tratamiento de estos pacientes.
A
modo de conclusión es posible afirmar:
-Que estatuto asume el registro del cuerpo en estos
pacientes. Su ausencia, o el cuerpo es sencillamente de otro.
-La dificultad para conciliar el dormir y las alteraciones
del sueño. Sueños de angustia.
-La falla del narcisismo, su rigidez para poder tomar
“reconocimiento” de la afección cardíaca. En un 90% de los casos se minimiza el
episodio cardíaco, cuando están transitando el episodio cardiaco (IAM), lo
refieren a dolores musculares, estomacales, falta de descanso, stress, golpes
etc. Como si el infarto le pasase a otro literalmente.
-Pacientes que no hacen o no han hecho ningún tipo de terapia, para
poder poner en palabras algo del orden de su dolor o padecimiento. Es la
derivación médica que debería estar al servicio de la prevención. Salvo
pacientes en emergencia, en cuyo caso debería ser posterior, posquirúrgico o de
rehabilitación.
Ante las prescripciones médicas la negativa de poder
ponerlas en práctica, ej. Dejar de fumar, caminatas, actividad física, tomar la
medicación indicada.
Lo dicho anteriormente da cuenta de que el infarto puede
pasarle al otro a mí no. Existe una diferencia fundamental entre el organismo y
el cuerpo, cuando falla la derivación a lo psíquico, la síntesis psíquica a
través de la palabra prevalece un resto somático que no puede ser articulado,
libido no aplicada. Una cosa es el organismo y otra muy distinta es el registro
consciente que el sujeto tiene del mismo.
En función de este primer avance podríamos remarcar la
importancia de:
En
primer lugar, retornar a la importancia que Freud le otorga a la palabra.
Colocar a ésta en el centro del dispositivo analítico. La palabra y su poder
catártico, de alivio. Al decir de Lacan de purificación.
En segundo lugar, en función de lo antedicho propiciar el
acceso de estos pacientes al dispositivo terapéutico, de tratamiento
Psicológico, previo y posterior al episodio cardiaco. La derivación que
promueve el trabajo en equipo ya sea dentro de la institución hospitalaria,
salitas de primeros auxilios o el consultorio privado. Constituir un proceso
comunitario de concientización de las problemáticas que conllevan el riesgo
cardíaco.
En tercer lugar, lograr un abordaje interdisciplinario de
la problemática, es decir intervenir en forma integrada, pero sobre la base de
poder considerar a la vez las diferencias formativas. La cuestión de las
patologías cardiacas no son solamente una problemática inherente a la medicina,
sino también a otras disciplinas. Esto se puede hacer extensivo a otras patologías, que signan y
marcan lo actual del síntoma y de la época. Donde la medicalización, (específicamente
la Psicomedicalizacion) debería ocupar un lugar alternativo, de complemento,
que sirva de propiciador de determinados abordajes y tratamientos tanto médicos
como Psicológicos.
Bibliografía:
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síndrome
en calidad de neurosis de angustia. O.C Tomo III
Amorrortu Editores Bs. As. 1992
Fred, S 1900: La interpretación de los Sueños Cap.
VII Pto. D O.C Tomo V Amorrortu editores
Bs. As. 1992
Freud. S. 1916: Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo Psicoanalítico Los
que fracasan al triunfar. Cap. II O.C Tomo. XIV Amorrortu Editores Bs. As.
1992
Freud S. 1920: Más allá del Principio de Placer.
Tomo XVIII O.C Amorrortu editores Bs. As. 1992.
Freud S. 1923: El yo y el ello. Tomo XX O.C Amorrotu Editores Bs. As. 1992
Freud S. 1926: Inhibición Síntoma y Angustia Tomo XX O.C Amorrortu Editores Bs.
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Masotta O 1999: Lecciones de Introducción al Psicoanálisis Cap. IV: Edit. Gedisa J. Lacan: Seminario V
(1957-1958) La censura no es la
resistencia. Edit. Paidos Bs. As. 1995
J. Lacan: Seminario X (1962-1963) Introducción a la estructura de la angustia. Edit.
Paidos Bs As 1995
Mendez E. 2007: Introducción al Psicoanálisis.
Blog “elpsicoanalisisem.blogspot.com.ar”